Vivo el día a día, como un taxímetro contando los segundos para que llegue algo quizás extraordinario que me saque de la monotonía, de este sosegado páramo en el que me encuentro. El sol y la luna se asoman a mi poco concurrida ventana con una frecuencia tal que realmente me resulta difícil a veces diferenciar día de noche, sueño de realidad y pesadilla.
Mis pensamientos, tan ilógicos, se abren paso asomandose de improviso y me asechan, como si hubieran sido enviados por un estraño sortilegio de alguna perdida dimensión platónica… mas tristemente y a mi pesar, me hacen sospechar de algún trastorno psiquiátrico o que sucumbí por descuido mío a los achaques propios de la soledad a alguna extraña fiebre de “hermitañedad”, será quizás por eso que ahora no me baño a diario y lo que es peor, no me molesta... y ya no me maquillo (claro que debo confesar que siempre me da fatiga hacerlo pese a que me deja mas decente la cara) y debo de admitir que da lo mismo levantarme o no de mi cama. Si decido levantarme, me visto, claro, si hoy no me toca bañarme, con lavarme la cara basta... ya casi nada de mi ropa me queda bien, ahora ni las medias concuerdan de color... pero, acaso importa? si nadie las ve... y me apresuro a salir, aunque nunca se cual es el apuro.
Los días se me hacen monótonos entre combis, combis, combis... bocinas, ruido, calles, intersecciones, bocinas, mas calles... orinadas, basura, caca, gatos y combis; ay!, para qué carajo me levante!!!. Sé que es tarde, siempre lo es y sin querer recuerdo a Sabines en mi mente (... es tarde y tu sabias que decía, te amo), acá, nadie sabe nada, todos están tan apurados pensando en el trabajo, la combi, el tráfico, la bocina y la hora, de lo demás poco importa. Yo solo sé que es tarde, y sé que tu tampoco ya lo sabes. Pero bueno, escuchando quizás a Rubén Blades en la "combi" (... y la vida te da sorpresas...) se me pase en algo la melancolía, o por lo menos me olvide de Sabines, por el momento.
Mis pensamientos, tan ilógicos, se abren paso asomandose de improviso y me asechan, como si hubieran sido enviados por un estraño sortilegio de alguna perdida dimensión platónica… mas tristemente y a mi pesar, me hacen sospechar de algún trastorno psiquiátrico o que sucumbí por descuido mío a los achaques propios de la soledad a alguna extraña fiebre de “hermitañedad”, será quizás por eso que ahora no me baño a diario y lo que es peor, no me molesta... y ya no me maquillo (claro que debo confesar que siempre me da fatiga hacerlo pese a que me deja mas decente la cara) y debo de admitir que da lo mismo levantarme o no de mi cama. Si decido levantarme, me visto, claro, si hoy no me toca bañarme, con lavarme la cara basta... ya casi nada de mi ropa me queda bien, ahora ni las medias concuerdan de color... pero, acaso importa? si nadie las ve... y me apresuro a salir, aunque nunca se cual es el apuro.
Los días se me hacen monótonos entre combis, combis, combis... bocinas, ruido, calles, intersecciones, bocinas, mas calles... orinadas, basura, caca, gatos y combis; ay!, para qué carajo me levante!!!. Sé que es tarde, siempre lo es y sin querer recuerdo a Sabines en mi mente (... es tarde y tu sabias que decía, te amo), acá, nadie sabe nada, todos están tan apurados pensando en el trabajo, la combi, el tráfico, la bocina y la hora, de lo demás poco importa. Yo solo sé que es tarde, y sé que tu tampoco ya lo sabes. Pero bueno, escuchando quizás a Rubén Blades en la "combi" (... y la vida te da sorpresas...) se me pase en algo la melancolía, o por lo menos me olvide de Sabines, por el momento.